Laura García-Barrios fue la encargada de moderar la primera mesa, bajo el título: '¿cómo afrontar la mano de obra cualificada en el sector?' El sector de la construcción y la rehabilitación lleva demasiados años con una ingente necesidad de mano de obra motivada para formar parte de uno de los motores económicos más potentes. El concepto 'employer branding' brilla por su ausencia pues la construcción no es atractiva para los más jóvenes. Se han perdido oficios y vocación por formarse y las nuevas generaciones no son capaces de ver, o el sector no es capaz de transmitir, la ilusión y el futuro de una profesión que hace nuestras ciudades más sostenibles. “Los fabricantes debemos motivar y trabajar para conseguir esta mano de obra cualificada, ya que somos los primeros interesados en que nuestros productos se instalen de forma excelente”, destacó Diana Torres, de BMI.
Se hizo hincapié también en el hecho de haber doblado la presencia de mujeres en el encuentro. Laura García-Barrios puso sobre la mesa el proceso de integración de la mujer en el sector y los retos que todavía se deben afrontar para conseguir una paridad que, por desgracia, sigue quedando lejos de lograrse. “Si somos capaces de incorporar la conciliación, cambios en la forma de trabajo, mejora de las condiciones lograremos solucionar esta falta de mano de obra. Somos los responsables de conseguirlo”, destacó Guillermo Hornero.
Otro gran reto que afrontan la rehabilitación y la construcción es la industrialización, un segundo pilar de gran importancia moderado por Guillermo Hornero. Los procesos de producción se están acelerando de forma exponencial y con frecuencia la demanda no es suficiente para absorber una oferta cada vez más avanzada tecnológicamente. La inversión en I+D+i para llevar al mercado productos y soluciones de máximo ahorro energético no es vista en última instancia como algo que forme parte de la cadena de valor.
“Una de las líneas a estudiar es la de desarrollar proyectos innovadores y reales. Que formen parte de un conjunto de herramientas que permitan la participación de todas las partes”, apuntó Javier Martínez, de Nasuvinsa. También se puso énfasis en separar la industrialización de la prefabricación. “¿Qué significa industrializar? Integrar desde el momento cero. La industrialización empieza en el propio proyecto, con la ingeniería”, concluyó Begoña López, CEO de Componentes y Unidades Constructivas. Se debatió también sobre la importancia de unificar conceptos y de ponerse de acuerdo en el significado de éstos para llegar a objetivos comunes.
La escala de precios y cómo poder afrontar su estabilización a medio plazo también fue uno de los pilares más discutidos. El sector ha aumentado precios en estos últimos meses. “Si no hay un valor añadido sobras de la partida. Hay que dar solución al precio”, recalcó Koldo Monreal, de Onhaus. Una realidad que conocen fabricantes, distribuidores, instaladores, promotores y constructores. ¿Cómo va a ser posible, si es que es posible, estabilizar y dinamizar los proyectos futuros con la incertidumbre actual de precios? Además, justo en el momento en que el BCE ha subido los tipos de interés en 0,5 puntos para frenar una inflación desbocada desde hace meses, y en un contexto en que la globalización se encuentra en un punto de inflexión muy delicado.
Antonio Domínguez, que moderó la mesa, planteó la incógnita de si hacía falta subir los precios ante esta coyuntura económica. La subida de los combustibles y los costes asociados al transporte también han golpeado negativamente al sector. “Hemos aprendido a ser más eficientes y operativos para no impactar tanto en los precios y perder lo menos posible. La solución acaba siendo vender más para sobrevivir a ello”, explicó Josep Castellà, de Zehnder, como respuesta a los recientes incrementos de los materiales para fabricar los productos.